
De repente lo ves ahí, viejo, olvidado a punto de desaparecer... como descansando de las duras jornadas de trabajo que ya solo perduran en su memoria y en la de nuestros ancianos, tiempos pasados donde no existían los móviles, ni internet y en algunos casos ni la tv, donde la más mínima cosa se convertía en el mejor de los pasatiempos, y ahora, si nos quitan todo esto parece que estamos muertos... disfrutemos de la naturaleza, sus paisajes y sus sonidos, con los que ningún adelanto tecnológico puede competir...
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